Los nombres de Lucy Moore, Crystal Renn y Tara Lynn no suenan tan alto ni ocupan tantos titulares como los de Giselle Bundchen, Kate Moss o Bar Rafaeli. Ni mucho menos alcanzan las cotas de popularidad de las top models de los 90, encabezadas por Claudia Schiffer, Naomi Campbell y Elle McPherson. Pero estas tres jóvenes son las cabezas visibles de una tendencia que gana adeptos en todo el mundo: las modelos de tallas grandes.
Ya sea por buscar un ideal de belleza más cercano a la calle, ya sea por ampliar el sector demográfico al que se dirigen sus productos, las marcas están ampliando cada vez más el tallaje de sus productos. Como consecuencia, las agencias de modelos deben buscar a mujeres de más de 70 kilos y 1,70 de altura que sepan desfilar y mirar a la cámara.
El cambio parece imparable. La edición francesa de la revista Elle dio un paso de gigante al colocar a Tara Lynn, que no puede vestir nada por debajo de la talla 48, en su portada en el número marzo. Y ahora el prestigioso salón WHO´S NEXT Prêt-à-Porter Paris -del 21 al 24 de enero- quiere consolidar la presencia de las mujeres con carne en el mundo de la moda mediante la integración de las marcas para tallas grandes en su sección femenina. Además, se celebrará el certamen "Miss Ronde" ("Miss Rellenita") con candidatas de 22 provincias francesas. La idea no es sólo luchar contra la discriminación por el peso, sino también mostrar que la belleza va más allá de un patrón determinado.
En España, son Elena Miró y Carla Trujillo las que ponen marca y rostro a esta tendencia. La diseñadora catalana ha hecho de las mujeres con sobrepeso su sector, a pesar de los problemas que le ha traído dentro de la industria de la moda. La joven Carla Trujillo, con su ojos azules y su cara de no haber roto nunca un plato, viste una 42 y exhibe una figura saludable que fue considerada inaceptable en la pasarela de Milán. Ella misma rechaza que la califiquen una modelo de talla grande y aboga por se la considere "de talla normal".
Pero tener una talla que supere la 42 y pesar más de 70 kilos no cualifica a cualquiera para ser modelo. A la hora de valorar a las aspirantes, las agencias de modelos tienen en cuenta los mismos criterios de selección que se aplican a las modelos delgadas: belleza, estilo, una personalidad extrovertida, saber mirar a la cámara... un cabello bonito y formación para desempeñar el oficio no están de más, como tampoco unos buenos dientos y la piel brillante. Las bajitas están excluidas en la pasarela. Ya se tenga una 36 o una 46, se requiere una altura mínima de 1,70 para desfilar.