La aerografía es la técnica más moderna en maquillaje, aunque aquí sea muy novedosa tiene ya una larga trayectoria y en muchos países está muy consolidada. En la industria cinematográfica ya se usó por su rapidez en Ben-Hur (estrenada 1959), aunque no se popularizó hasta la década de los 70.
Las nuevas técnicas de vídeo y fotografía en alta definición han hecho que los maquillajes sean cada vez más ligeros, duraderos y cubrientes, y las técnicas se refinen, por ello y por su rapidez la aerografía es cada vez más popular.
La diferencia principal es la forma de aplicación, que es por aire, lo que permite una aplicación muy homogénea y natural. El maquillaje se introduce en el recipiente de la pistola, la cual lo mezcla con el aire, haciendo que salga vaporizado.
Además es perfecta para pieles atópicas o sensibles, ya que al no utilizar pincel se minimiza el contacto con la piel y se reduce así la posibilidad de rojez que pueden surgir en estas pieles.
Los productos para aerografía se secan al instante dando un acabado mate y aterciopelado, por lo que no hará falta aplicar polvos después, reduciendo las capas necesarias, pero permitiendo aplicar más cantidad en los lugares necesarios para tapar imperfecciones. Además los pigmentos han de ser muy finos ya que si no obstruirían los conductos.
Existe una gama muy variada de colores, tanto para piel como para ojos, cejas, labio y colorete, mates, nacarados y brillantes. Y con diferentes bases, al agua, siliconadas, alcohol.